lunes, febrero 21, 2011

Sello de alcance. Relato de "diafenomenologismo".



Una imagen del Louvre como “diaformosis” integra ya un nuevo modo de ver la realidad en una “nueva” época: el diafenomenologismo, crecer y renovarse entre una obra, su contexto y la actualidad en una renovada “génesis”; esta actitud ya está en la calle; el diafenomenologismo actúa como “sello de alcance”, como un suplemento utilizado en las correspondencias entre la obra y nuestra actualidad y un espacio que separa la cotidianeidad, la deja de lado, se aleja, huye de responsabilidades, usurpa, e integra un contexto que no conoce, arcaico, originario, genético para la obra; sobre ese espacio opaco, macizo, la fenomenología proyecta su efecto como una “iluminación de antorchas por los senderos intrincados de un bosque” (Nietzsche hablando de los escritores en Humano demasiado humano); esto tiene su lado negativo y su lado satisfactorio, pero que la práctica diaria obliga a desterrar y olvidar, y no importa perderlo, pues esta época de la “diafenomenología” invita a la retirada del “mundo” de la propia fenomenología, la contradicción es de base. Pero en cambio facilita una especie de narcosis en el tiempo de ocio. Se pone siempre a salvo de lo que es ajeno, y por mucha génesis que pretenda negar, siempre pone más de lo que hay; incita; la razón es que está demasiado cerca y demasiado lejos porque el autor conoce demasiado bien su tema y lo encuentra fastidioso; de esa forma prescinde de contacto responsable, en una alusión infinita que no rompe el espejo; entonces el lector u oyente encuentra con facilidad mal justificado el asunto si se suprime esa implicación.
Coloca al hombre de puntillas de forma anónima y lo obligan a bailar de puntillas; esto es un logro a merced. Igual que el hombre que ha nacido en un país de viñedos llega a ser bebedor de vino, la fenomenología nos atrapa, pero debido a ese anonimato al que apela al final, crea un hábito a sus principios intelectuales sin razones y sólo por hábito; a esto se llama creencia. Esto contiene razones para ser siervos fieles o sus detractores libres más despiadados; valorar a nivel individual sólo la mitad del camino aunque con las dos vertientes; la recepción de la obra está incluida como elemento de la obra.

lunes, febrero 14, 2011

Lo arcaico fenomenológico


Jamás he entendio este punto ni la fenomenología lo esclarecerá jamás, pero....; me he encontrado con una piedra; si  lo anónimo no puede estar dado ni puede ser anónimo para nosotros de forma inconsciente, puesto que si no no podríamos ni hablar, algo pinta el conocimiento ahí en lo arcaico a pesar de que sea posterior a ello?  Debe de haber una jerarquía más rígida de lo que "parece". ¿Acaso estamos entonces en la más absoluta soledad ante lo salvaje, ya que éste es causa para sí mismo? Pienso que no, en todo caso cuando eso se estabiliza, cuando la reflexión interpreta y ejecuta una symmetría (ver Aristóteles, libro VIII de la política) según ciertas reglas del "arte", eso es aún más salvaje, puesto que nos pertenece sólo de forma accidental según Aristóteles; no se sabe muy bien de qué se habla entonces con "lo salvaje", o "lo arcaico"; prefiero hablar en términos míticos a religiosos; Aquiles, el arcaico, no luchaba en Troya para expulsar a los troyanos del territorio, no eran motivos de conquista objetiva ni de estabilización o des-estabilización turbia de la marcha de la h(H)istoria,lo eran de reproducir hazañas y de ejecutarlas subjetivamente; ahí hay ciertas reglas no ritualísticas pero abstractas; lo salvaje, como lo accidental, es lo abstracto en un esbozo de crisis y es la satisfacción de la reproducción simétrica en un esbozo de Einfühlung; y debemos convenir que es la "voluntad"  de la naturaleza inhumana, o animal, de uno solo en cada momento, la lógica pura decididora que investiga Husserl, la que mueve la lucha; lo demás son disposiciones y ánimos que la anteceden sí, que carecen de intenciones y conocimiento; pero hay una "subjetividad" en fase (pues hay actuación) sin efectos (en lo salvaje) que manda la acción,propia, sujeta a tierra firme, de uno solo, y que no ha habitado en mundos más altos sino que se ha encontrado lo que tiene ya por sí mismo pero que no es causa de sí. ¿Cuándo tiene esa "subjetividad" fracasada posibilidad de encontrar el "mundo"? Lo hace siempre tarde, pues debe haber otros condicionantes.