viernes, octubre 14, 2011

Husserl viejo
   Comentarios intempestivos sobre Husserl 
1.  Index

  El acto originario del “encuentro con el mundo” puede estar predeterminado por cualquiera de las partes del encuentro; si la  proximidad inicial se trastoca continuamente, no se puede pedir que aún así, seamos próximos y “olvidemos” la inercia del olvido, y además se pida compromiso responsable; la concretud fenomenológica de la era del “diafenomenologismo” en la que vivimos, está pidiendo al sujeto Yo que se implique en algo que ella misma no sabe lo que es; ni siquiera el transmisor es inmoral, no sabe lo que hace; ¡como para dejar el espíritu, o el alma, o lo que sea, en manos ajenas!
  No existe ningún interés por parte de la “mente universal” que es la “hylé fenomenológica” de  conservar la amistad; pero en cambio siempre tenemos la reducción; la vuelta a la realidad se antoja cosa “vieja”, algo que ya no tiene cabida; la palabra “realidad” va a desaparecer del mapa humano, si no lo ha hecho ya; alguien que tiró por el atajo, que creyó en el “arte” como modo de llegar emocionalmente a la psicología individual, nos impresionó tanto, que ya no somos más que emotividades transpuestas, o que se han quedado dormidas de tanto esperar…Pero son ellos los que dicen entender la interioridad.
  Para intuir siquiera lo que está significando el “diafenomenologismo” sólo puedo poner un ejemplo tomado de la música, el contundente “a fouco”, el quinto tema del álbum Ludovico Einaudi - una mattina. Pero entretanto seguiré describiendo mis comentarios.
  La distancia a la cosa misma que se conoce (que se reduce fenomenológicamente) o queremos conocer, no la da otra distancia, o no hemos tomado conciencia de ella por habernos fiado en la intermediación de una instancia como la representación, sino precisamente el propio conocimiento, su naturaleza que se esconde sin intención; en eso oculto ya estamos nosotros como subjetividad propia; en la cosa misma no podemos neutralizar al sujeto sin hacerlo de forma subjetiva; Husserl decía “Yo” fenomenológico-s: “”¿la reducción fenomenológica puede volverse hacia la idea de varios Yo fenomenológicos?””, pág.204 de “Problemas fundamentales de la fenomenología”, puf, 1991. Y a continuación examina entonces la “empatía”; dice que genera vida de almas, o lo que es lo mismo, es una instancia sin la cual muchos espectadores caerían muertos de desasosiego o desesperados, como muchas veces ocurre; es decir que, sacude las conciencias de otros Yo desde el exterior, sin percepción interna; es decir de forma “irresponsable”. Husserl dice que la empatía hace “actos de presentificaciones” y la podemos reducir fenomenológicamente, puesto que no deja de ser una experiencia.  Esa reducción, que es doble, Husserl la toma como justificación de que en la empatía estamos hermanados con otros Yo fenomenológicos de forma simultanea; son sus famosas mónadas. Aquí tendríamos que decir entonces que todo conocimiento pretendido se reduce al menos a un Yo fenomenológico o fenomenologizante, puesto por y en la empatía y ajeno al nuestro, por actos de la conciencia que son los empatizantes, las conexiones actuales que crean o motivan “posibilidades de conciencia”; según Husserl se podría hacer un index de todas la conexiones para cada Yo. Por último dice Husserl:
“”La naturaleza es un index para una regulación que oculta todo, que oculta todas las corrientes de conciencia que se mantienen por empatía en relación de experiencia las unas con las otras; y, especialmente, cada punto temporal objetivo y cada “simultaneidad” agarrada objetivamente, que pone algo de un mi ahora presente y el ahora de cada otro Yo (e incluso, cada ahora pasado de mi recuerdo con cada ahora pasado del recuerdo de otro), cada punto temporal objetivo, digo-yo, es index para una coordinación legal enteramente determinada, que, por así decir, pone cada mónada-Yo en relación con cada otro, y eso habida cuenta de las motivaciones de conciencia correlativamente correspondientes, enteramente determinadas”””
Es impresionante la fina psicología que Husserl aplica a la demostración de que el conocimiento no se basa en neutralizar subjetividades, sino que lo da la vuelta y dice que paso a paso, la subjetividad nunca es olvidada.
   Ahora podemos salir de la entramada serie Husserliana y respirar, porque a pesar del “diafenomenologismo” el index se nos muestra siempre en niveles: la ruta, el túnel, el peñasco, el río y . . las piedras que, simulan las ruinas de la filosofía a lo largo de sus fases; actualmente nadie sabe recomponer las piedras, pero ese conocimiento ya lo tenía Husserl, la mente más brillante del pasado siglo.